miércoles, 26 de febrero de 2014

EL BUEN CORAZÓN

St 4,13-17; Mc 9,38-40

El cristiano que ha aprendido a hacerse solidario de las auténticas necesidades ajenas tiene un buen corazón, un espíritu compasivo. Cuando se tiene una disposición natural a la generosidad, salen sobrando los ordenamientos legales y las prohibiciones. Lo dice la Carta de Santiago: "el buen corazón se ríe del juicio"; lo afirmaba también San Agustín: "ama y haz lo que quieras". Los espíritus débiles viven en la óptica del temor y el interés, esperando el premio y rechazando el castigo; los de ánimo maduro, proceden conforme al querer compasivo de Dios. Por esa razón, los discípulos de Jesús tenían que ensanchar su perspectiva y admitir que las personas de buena voluntad, que auxiliaban a los necesitados, no necesitaban disponer de más credenciales para ser considerados como seguidores de Jesús.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario