St 5, 13-20; Mc 10,13-16
La exhortación final del apóstol Santiago no es exhaustiva, sino ilustrativa, pretende decirnos que en cualquier circunstancia adversa o favorable, conviene apoyarnos en Dios y en la comunión solidaria con nuestros hermanos. La fe cristiana es una forma de vivir que nos marca de manera profunda, abordando desde la óptica de Jesús, las diversas situaciones de la vida. Cuando se vive persuadido del amor de Dios, manifiesto en la persona de Jesús, se dispone de la entereza suficiente para salir adelante en los distintos desafíos. Por su parte, el Evangelio de san Marcos nos muestra la perplejidad de los discípulos, que no advierten la inversión de criterios que Jesús establece: los últimos, es decir, los niños, serán ahora los primeros en la nueva familia establecida por Jesús y sus seguidores. Primeros en honor, en derecho y en cuidados de parte de los responsables.
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