viernes, 10 de enero de 2014

LECTIO DIVINA La buena noticia

INVOCATIO: Brilla una luz en las tinieblas. Es el

Señor bondadoso.


LECTIO: 1Jn 4,19-5,4. Dios nos amó primero. El que dice amar a Dios y no ama a su hermano es un

mentiroso. Sal 71,1-2.14. Los rescatará de la

opresión y la violencia. Lc 4,14-22. Jesús en la sinagoga de Nazaret. Cumplimiento de la promesa mesiánica. 




MEDITATIO: En los días posteriores a la Navidad, la liturgia está

empeñada en hacer ver al Niño Jesús, nacido en Belén, como el Mesías esperado.

Han desfilado en esta semana todos los aspectos característicos del Mesías.

Hoy, Lucas identifica al nazareno, hijo de un carpintero con el mismísimo

Mesías. En el se cumple toda la escritura y todo palabra de los hagiógrafos se

refiere a El. Inútil perderse en un bosque de batallas y personajes. Todo el

Antiguo Testamento, letra por letra está escrito para revelar la identidad de

un Dios amor y su empeño por salvar al hombre mediante el envío de Jesús, el

Mesías, su Hijo unigénito. El tanto esperado, el enviado para aportar la buena

nueva a los pobres, la liberación a los presos, la vista a los ciegos, la

libertad a los oprimidos.., es Jesús. La esperanza se ha visto colmada. El

Espíritu se ha dado a la chamba por aliviar el malestar en el mundo. El Padre

ha desbordado su amor por el ser humano y ha ungido a su Hijo único, encarnado

en un carpintero. Es el año de gracia, es la plenitud de los tiempos, el

derroche del amor, la estrategia de restauración de todo daño por el pecado

cometido en el mundo. Todos saben lo que es una buena noticia: el nacimiento de

un hijo, la graduación de una carrera difícil, la entrega del anillo de

compromiso, las nupcias de la hija con un buen partido, el regalo soñado, primer

lugar en un concurso, la asignación de un buen trabajo, la ordenación de un

sacerdote, la curación milagrosa de un enfermo. Pero ninguna noticia, ni todas

las noticias juntas igualan la Buena nueva, la llegada del Mesías al mundo, el

tiempo de bendiciones, la constatación del amor bajado de lo Alto. Es como para

brincar de alegría, para abrazar al de al lado, para brindar y escuchar música

a todo decibel. Que suenen las trompetas, que las naciones se unan en aplauso y

júbilo, que se rompa todo silencio, que enciendan todos los reflectores, que

irrumpa la alegría de todos en un chasquido que haga temblar el cosmos. Ha

llegado el Mesías. El médico para toda enfermedad, el sabio para toda duda, el

negociador para todo arreglo, el conciliador para todo litigio, el celador para

todo encierro, la herramienta para toda opresión, el bálsamo para toda herida.

Dios es amor y el amor todo lo puede. Compone lo desbaratado, arregla la

avería, alegra la tristeza, sacia el hambre, calienta la tibieza, ilumina la

oscuridad, espabila la pereza, anima el desconsuelo, restaura el daño, cumple

la promesa, culmina la esperanza, despeja la duda, fortalece la debilidad,

perdona el pecado. ¿Cómo tendría que aparecer el Mesías para que el mundo le

diera el crédito? ¿Cómo tendría que ser el amor para que el mundo quedara

satisfecho? Hoy se cumple esta escritura, dice Jesús en la Sinagoga. Las

reacciones son de admiración y descrédito, de júbilo y de rechazo. Se

escandalizan y se cierran en la incredulidad los grandes, los soberbios. Se

admiran y se alegran los pobres, enfermos y oprimidos. Ha llegado la gran

noticia.




ORATIO: Niño Jesús, gracias porque has

hecho abundar en nosotros el consuelo en medio de esta peregrinación terrena.  Antes de que aparecieras, tu bondad se

hallaba oculta, aunque ya existía, pues tu misericordia es eterna. Estaba

prometida la salvación, pero no se alcanzaba a ver, hasta que apareciste tú en

pañales. Gracias, Jesús. Permíteme reconocerte siempre en los demás, sobre todo

en los más necesitados.


CONTEMPLATIO:  La buena noticia


ACTIO: Ejercicios de navidad. Es patente el amor de

Dios y es patente que se ha querido manifestar en lo pobre y sencillo. Quien

dice amar a Dios y no ama al hermano es mentiroso. Amar al hermano para

manifestar el amor a Dios. Ser luz y alegría para el que vive a oscuras, en

depresión, en desconsuelo. Ser apoyo para el necesitado de pan y trabajo. Ser

sostén para el que flaquea y muestra adicciones. Mostrar el ingenio de la

caridad para salir al paso del necesitado y el pobre. Prestar tu coche, prestar

dinero, disculpar un error, hospedar en tu casa, contribuir a las buenas causas

sociales.

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