lunes, 6 de enero de 2014

Tedeum


(sólo domingos, solemnidades y fiestas)

A ti, oh Dios, te alabamos, 

a ti, Señor, te reconocemos. 


A ti, eterno Padre, 

te venera toda la creación. 


Los ángeles todos, los cielos 

y todas las potestades te honran. 


Los querubines y serafines 

te cantan sin cesar: 


Santo, Santo, Santo es el Señor, 

Dios del universo. 


Los cielos y la tierra 

están llenos de la majestad de tu gloria. 


A ti te ensalza 

el glorioso coro de los apóstoles, 

la multitud admirable de los profetas, 

el blanco ejército de los mártires. 


A ti la Iglesia santa, 

extendida por toda la tierra, 

te proclama: 


Padre de inmensa majestad, 

Hijo único y verdadero, digno de adoración, 

Espíritu Santo, Defensor. 


Tú eres el Rey de la gloria, Cristo. 


Tú eres el Hijo único del Padre. 


Tú, para liberar al hombre, 

aceptaste la condición humana 

sin desdeñar el seno de la Virgen. 


Tú, rotas las cadenas de la muerte, 

abriste a los creyentes el reino del cielo. 


Tú te sientas a la derecha de Dios 

en la gloria del Padre. 


Creemos que un día 

has de venir como juez. 


Te rogamos, pues, 

que vengas en ayuda de tus siervos, 

a quienes redimiste con tu preciosa sangre. 


Haz que en la gloria eterna 

nos asociemos a tus santos. 



(lo que sigue puede omitirse) 


Salva a tu pueblo, Señor, 

y bendice tu heredad. 


Sé su pastor 

y ensálzalo eternamente. 


Día tras día te bendecimos 

y alabamos tu nombre para siempre, 

por eternidad de eternidades. 


Dígnate, Señor, en este día 

guardarnos del pecado. 


Ten piedad de nosotros, Señor, 

ten piedad de nosotros. 


Que tu misericordia, Señor, 

venga sobre nosotros, 

como lo esperamos de ti. 


En ti, Señor, confié, 

no me veré defraudado para siempre.

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