
El Cardenal O’Malley advirtió acerca del tránsito de un “catolicismo cultural a un catolicismo intencional”, por lo cual es muy importante – dijo – trabajar con los católicos que no se van y permanecen en la Iglesia, “quienes quedan más fortalecidos y con más disposición de convertirse en discípulos y misioneros”. También se refirió a la importancia de aprender las lecciones de los abusos a menores, a fin de que “la protección de los niños sea una prioridad y evitar improvisaciones”.
El Cardenal hondureño Rodríguez Maradiaga identificó que en la actualidad hay un espacio cultural – fragmentado y plural –, que debería ser integrado a través de una auténtica cultura cristiana. Por otro lado, se mostró convencido de que lanzar la Misión Continental “exige una decisión y audacia, que entienda y atienda las actuales circunstancias, las cuales no deben verse como problemas, sino como oportunidades”. E invitó a que la Iglesia ratifique su opción por los jóvenes, a través de una pastoral juvenil organizada, “que no esté circunscrita a eventos, sino un camino de formación y compromiso que permita arraigar y hacer crecer la fe”.
Por su parte, el Cardenal mexicano Robles Ortega hizo un llamado “a reconocer los signos de los tiempos”, y a dirigir la mirada de los discípulos misioneros sobre la realidad actual. Y explicó que hoy en día ya no se transmite la fe – como era antes – a través de la educación o la familia, que era un vehículo seguro para la transmisión de la fe. A la vez que advirtió que “hoy esto viene siendo erosionado, es deficiente o se detiene”.
Prosiguió diciendo que un reto para la Iglesia es “conseguir que la fe se haga cultura”, evitando que el cristianismo sea transmitido solamente “como un bagaje cultural o conjunto de valores pero sin Cristo, dado que esto le hace perder su real atractivo”. “Hay que reproponer la presentación del Kerygma – dijo –, con dinamismo, que saque de la parálisis, y se convierta en el núcleo de nuestra predicación”.
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