sábado, 21 de septiembre de 2013
ACTIO:
Ejercicio de educación del propio juicio. Es normal juzgar a las personas: al portero por lento, al chofer del autobús por atrabancado, al farmaceuta o al comerciante por seco, al compañero de trabajo por incompetente, al viandante por… Esto te hace como los agentes tributarios, sacudes de cabeza al otro y lo despojas con el juicio y la apreciación desmedida. Juzgar como el Señor: “miserando et eligendo”. Ver con misericordia y elegir para cada uno un elogio, un halago.
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