sábado, 21 de septiembre de 2013

ORATIO:

Señor, tú viste en Mateo lo que nadie de tu tiempo. Qué alto has puesto el listón. Está bien que quieras salvarlos, sí, pero ¿hacer vida con ellos? Irse a comer con ellos, abrazarlos, atenderlos... ¿Y si tienen sida?¿Y si extorsionan, golpean o quitan todo? Y si por atender a uno de “esos”, dejo de mirar por miles de almas que me has encomendado? Sí, lo sé. Ahí estás tú, pero también con la gente pacífica y decente. Tú lo has dejado claro en esta escena. Iré, Señor, a los que el mundo desprecia, con los más necesitados de tu misericordia.

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