Señor, al igual que la mujer del Evangelio, te busco con vehemencia en esta oración. Reconozco mis pecados y necesito tu perdón. No permitas que me aparte de Ti, porque en Ti tengo puesta toda mi esperanza y mi bien. Te amo, quiero lavar tus pies llagados en cada uno de mis hermanos, en los presos, en los pobres, en los enfermos y desamparados.
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