En su homilÃa, el PontÃfice deseó que estas reuniones hagan a todos más humildes y confiados de Dios, “para que la Iglesia pueda dar a la gente un hermoso testimonioâ€.
En el Evangelio del dÃa, Jesús reprende a los dos Apóstoles que querÃan que caiga fuego del cielo sobre todos aquellos que no querÃan recibirlo.
El Obispo de Roma desarrolló su homilÃa inspirándose en el Evangelio del dÃa, recordando que el del cristiano no es “un camino de venganzaâ€.
El ejemplo de Santa Teresita de Lisieux
El camino del cristiano es aquel de la humildad, de la docilidad. Y, agregó, en la conmemoración de hoy de Santa Teresa del Niño Jesús, “nos hará bien reflexionar en ese espÃritu de humildad, de ternura, de bon dadâ€.
Un espÃritu humilde, puntualizó el Papa, que el Señor “quiere de todos nosotrosâ€.
¿Dónde está por lo tanto la fuerza “que nos conduce a este espÃrituâ€? Precisamente “en el amor – fue la respuesta de Francisco – en la caridad, en la conciencia de que estamos en las manos del Padreâ€.
“Cuando se siente estoâ€, observó el PontÃfice, “no es que den ganas de hacer caer fuego del cieloâ€:
Pequeña, dócil: Patrona de las Misiones
“Viene el otro espÃritu, aquel de esa caridad que todo sufre, todo perdona, que no se vanagloria, que es humilde, que no busca a sà misma. Alguien puede decir – y habÃa algunos filósofos que pensaban asà – que esta sea como una humillación de la majestad del hombre, de la grandeza del hombre. ¡Esto es estéril! La Iglesia sabia ha hecho a esta Santa, humilde, pequeña, confiada de Dios, dócil: la ha hecho Patrona de las Misionesâ€.
La fuerza del E vangelio, continuó el Santo Padre, está justamente ahÃ, “porque el Evangelio llega precisamente al punto más alto en la humillación de Jesús: ¡humildad que se convierte en humillación!†Y la fuerza del Evangelio “está en la humildad, la humildad del niño que se deja guiar por el amor y la ternura del padreâ€:
“La Iglesia -nos decÃa Benedicto XVI- no crece por proselitismo, crece por atracción, por testimonio. Y cuando la gente, los pueblos ven este testimonio de humildad, de docilidad de mansedumbre, sienten la necesidad de la que habla el profeta ZacarÃas: ‘¡Queremos venir con vosotros!’. La gente siente aquella necesidad ante el testimonio de la caridad, de esa caridad humilde, sin prepotencia, no autosuficiente, humilde, que adora y sirveâ€.
La caridad es simple
“La caridad es simple: ¡adorar a Dios y servir a los demás! Y este testimonio – afirmó el Papa - hace crecer a la Iglesiaâ€. He aquà el por qué una monja â €œtan humilde, pero tan confiada en Diosâ€, como Santa Teresa del Niño Jesús, “fue declarada Patrona de las Misiones, porque su ejemplo†hace “que la gente diga ‘¡Queremos venir con vosotros!’â€. El Papa concluyó su homilÃa dirigiendo un pensamiento especial a las reuniones que desde este martes se llevan a cabo en el Vaticano con el “Consejo de cardenales†por él deseado para ayudarlo en el gobierno de la iglesia:
“Hoy, aquÃ, en el Vaticano comienza la reunión con los cardenales consultores, que están concelebrando la Misa. Pidamos al Señor que nuestro trabajo de hoy nos haga a todos más humildes, más dóciles, más pacientes, más confiados de Dios, para que asà la Iglesia pueda dar un hermoso testimonio a la gente y viendo al Pueblo de Dios, viendo a la Iglesia, sientan el deseo de venir con nosotros!â€
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